En ese momento, se levantó del piso y se subió a un​ taxi. Con el chofer buscaron un patrullero durante unos 10 minutos por varias cuadras. Finalmente, encontró uno, aunque “parecía que estaba escapando del taxi”. “Lo corrimos unas 15 cuadras, el taxista lo acorraló para que nos lleven a una comisaría”, añadió.

 “Yo tenía un globo en la frente, otro en el ojo y un corte en el cuello, los policías respondieron ‘no es nuestra zona, busquen a otro que le corresponda’, arrancaron y se fueron enojados. Fui a una comisaría, hice la denuncia, le pregunté al oficial qué​ planeaban hacer y me respondió ‘y mucho no se puede, vamos a ver si pedimos una cámara ahí pero más que eso nada’”, le dijeron en la dependencia.

Las redes sociales fueron una vez más el espacio para dar a conocer un caso que estaba destinado al anonimato. El perfil de Facebook fue el canal para que Cristina relatara lo que le ocurrió y aprovechara para elevar una dura crítica a la desidia de la Policía en varios de estos casos.